Hasta que se vayan

on 20 de julio de 2012

Hemos terminado por acostumbrarnos a que los políticos nos cuenten películas en campaña electoral, y nos remitan "a la difícil realidad" en cuanto han garantizado cuatro años de estabilidad (y a veces de opulencia) para ellos, sus familiares y amigos. Han ido cogiendo cada vez más confianza, al ver que los españoles somos una gran familia, formada por padres, madres, hijos tíos y abuelos; pero por sobre todo: PRIMOS, muchos primos, que pensamos que ya vendrá alguien a arreglar el desaguisado. Así, es como votamos a los caraduras del signo opuesto, que cabalgando en el descontento que el abuso o la dejación producen, les abrimos las puertas y las arcas de un estado cada vez más esquilmado y famélico. Para poner las cosas peor aún, hombres a los que se les supone inteligencia, no cejan en su inquebrantable vocación de graciocillos, y desde el gobierno, practican para cuando se les acabe el mandato y tengan que dedicarse a la comedia, y hacer "números" en el escenario, en lugar de en los presupuestos. Estos impresentables han llegado al gobierno subidos a mentiras evidentes; pero invisibles a los ojos de los sectores más desesperados, más recalcitrantes o más burros de las dos Españas.
Esto es lo que hay, una banda de mentirosos confabulados para alfombrar el paso del gran capital, con la miseria y el desamparo de quienes realmente pagan este circo de monstruos en que se ha convertido la política. 
Desde siempre nos machacan con la ineludible necesidad de la participación democrática en las urnas; claro, con el sistema electoral que tenemos, está garantizado que será: o chicha o limonada, esto es, o el voto ingenuo al PSOE, o a la participación preferente en la política española, que significa el voto al PP.
Y resulta que ahora quieren recaudar cobrando impuestos de Europa a salarios de saldo de mercadillo, después de habernos hecho el "Euro de la Estampita". 
Entiendo que es muy serio lo que voy a decir; pero creo que estamos en guerra, y si queremos que se vayan, tenemos que estar en la calle cada día para decirles que NO al abuso, y no gastar en nada más que lo necesario para sobrevivir (que de eso ya hemos hecho un máster). A mí ya me da igual si nos intervienen o no, lo que quiero es que estos se vayan, y que vayan sabiendo los que vengan, con lo que se van a encontrar.

Que vuelva Pierre Nodoyuna

on 11 de julio de 2012
¡Que no, que es retórica!, no quisiera volver a ver a nadie del PSOE en el gobierno mientras viva; pero es  que el PP, ha conseguido lo que parecía increíble, ha logrado que en mi percepción, el ex presidente Zapatero parezca bueno.
Hoy, mientras escuchaba a la bancada del PP aplaudir el paquete (y nunca mejor dicho) de medidas de su jefe de filas, me preguntaba: ¿y qué cojones aplauden estos cretinos?; será que el tener la vida asegurada en Endesa, Telefónica o Gas Natural en el futuro inmediato, hace desaparecer hasta el menor atisbo de sensibilidad, hacia quienes les auparon a la parte alta del gallinero y desde ahí se cagan en sus electores, porque sino, no lo entiendo. Podría intentar consolarme diciéndome que quienes les votaron, tienen lo que se merecen; pero no lo hago porque todos los demás, los que intuíamos las intenciones de estos mangantes representantes de los magnates (que no les votamos) obtenemos el mismo tratamiento, con el agravante de que tenemos cerebro y nos lo tomamos peor. 
Ahora es cuando realmente cae sobre el pueblo español todo el daño que le hizo el PSOE a la izquierda española; ¿a quién votaremos cuando se vayan las hordas de Dios y de la Herencia?, o será que hay que dejarse de mandangas, convertirse en minero, y poner dos huevos negros sobre la mesa.

Blanquito

on 7 de julio de 2012

Mi perro era de pura raza, de pura raza canina; un mil leches blanco sucio, aspecto desastrado y maloliente, a fuer de haber sufrido todas las agresiones del desamparo durante años. Un animal abandonado es un compendio de todos los parásitos; un completo catálogo de las diferentes formas de vida que prosperan en el impío estado "natural", que cobija a los animales sin dueño. Unas plagas pueden combatirse con la sabiduría humana y una modesta inversión, otras, a las que aquella aún no han alcanzado, dejan profundas cicatrices, o lentos procesos, que acortan y estragan la vida del animal afectado. A él lo había condenado el infortunio, y a mí, unos señores trajeados que juegan al Monopoly con vidas y haciendas ajenas; la cuestión es que nos encontramos en nuestro ocaso para acompañarnos. Poco a poco nos fuimos haciendo el uno al otro, y llegamos a pertenecernos como al descuido.
Fue muy dura para ambos su agonía y muerte; pero todas estas catástrofes de bolsillo, son también un legado que ayuda a comprender, a base de coscorrones, La Naturaleza, y hasta lo sobrenatural. No creo en dioses ni fantasmas; aunque de estos haya a tutiplén hoy día, pero creo en claves personales que cimientan y delimitan creencias particulares, basadas en hechos y alucinaciones que conforman un modelo de vida tan válido como el mundo judeocristiano, el budismo Zen o el más cutre pijerío neoliberal que nos rige.
Un pajarito blanco, que nunca más volví a ver, alzó el vuelo de detrás de la tumba de mi amiguito, un día en que fui a reponer las flores silvestres de su nueva casa. Me quedé paralizado y subieron a mis ojos, unas lágrimas parecidas a las que ahora me asaltan mientras escribo; pero no son de tristeza, sino de la emoción propia de quien se sabe una cultura, una estirpe y un sentimiento ligado a otros, que pasaban por allí, y terminaron por forjar alianzas eternas.