Juan Manuel Sánchez Gordillo

on 13 de agosto de 2012

Conozco a este hombre desde hace más de treinta años, y debo reconocer que durante la mayor parte de ellos, le consideré excesivo, caricaturesco y fuera de la realidad; pero la coherencia de la que ha hecho gala, ha hecho que la realidad le alcanzara finalmente, o mejor dicho que yo despertara del engaño en que vivía. Yo le pensaba un excéntrico porque aún me creía a trileros de la ideología como Felipe Gonzalez, y muchos otros que no nombraré, porque al hacerlo con el paradigma, me ahorro hacerlo con los imitadores y/o herederos de la mentirocracia, del sueldo elevado y el retiro dorado (ENDESA, de entrada NO).
Quien más, quien menos, ha tenido sueños de grandeza desde el comienzo del siglo; pero en España son apenas cabezaditas las que nos hemos permitido, y con el precio que finalmente ha tenido esa ilusión, más nos valdría haber permanecido en la vigilia. 
Me resulta vomitivo ver a la derecha babeante hablar de bandolerismo por el episodio de los supermercados cuando estamos hablando de 500 o mil Euros, y obviar los 24 mil millones que nos costará la orgía de uno solo de los bancos causantes del mayor daño infligido a la nación que "casi" todos sostenemos con nuestros impuestos. Estoy de acuerdo con esas acciones porque son muy oportunas para generar debate en el momento en que se plantea la continuidad o no del Plan Prepara, para los que no tienen otros recursos. Muchos de los que habrían estado dispuestos a esperar la "buena voluntad" del gobierno a la hora de las limosnas, exigirán ahora que la ley del embudo, tenga el pico un poquito más ancho, y que si hay "Todo el dinero que haga falta" para quienes nos han traído hasta aquí, debe haber algo también para los que han mantenido hasta hoy, con su trabajo, este banco de pruebas del Neofeudalismo, en que se ha convertido nuestro país.
Todo mi respeto y admiración por el Sr. Juan Manuel Sánchez Gordillo.

Panteísmo y liberación

on 4 de agosto de 2012

Mi paso por la tierra es apenas un entretenimiento, quizás por eso es que no me esfuerzo demasiado; no pongo toda la carne en el asador..., tal vez a sabiendas de que tampoco iba a alcanzar. Salgo del paso en este trámite a la espera de mi próximo y real destino: una eternidad en el Club de los Panza Arriba. No es que sea perezoso, es que no me creo esa pulsión del esfuerzo a mansalva que se empeñan en imponernos; luchar a brazo partido; pasar sueño y hambre para comprar un Jacuzzi en el que no tendremos tiempo de meternos, es cuando menos, estúpido. Somos piezas de un juego sin móvil aparente, salvo el de continuar la partida, al que los cuatro listos de siempre intentan dotar de contenido, arrastrando el ascua a su sardina. Como en el pasado el mundo era demasiado grande para la capacidad de desplazamiento de los dioses, las religiones llegaron hasta donde llegaron, y es sospechosamente curioso ver como el área de influencia de las distintas creencias, está delimitada por ríos, montañas o taigas, lo que no habla precisamente en favor de la omnipotencia de los distintos creadores. Un dios que creó un mundo en pocos días, y necesitó que se perfeccionaran las carabelas para llegar a las Américas, necesita de alguna explicación suplementaria a mi entender. 
Todas las civilizaciones han echado mano de estos vigilantes invisibles que son los dioses, que escudriñan la conducta de los fieles allí donde los guardianes del régimen no llegan, y guían en preceptos que siempre coinciden con las necesidades de las castas dominantes; o sea, que son un timo, que grabado a fuego en las mentes infantiles, tienen muchas posibilidades de perdurar durante siglos, avalando ilegitimidades.
Es la conciencia de la vulnerabilidad y la desprotección, la que empuja a los fieles del atajo intelectual a los diferentes dogmas; en mi caso: un panteísmo incomprometido, en el que dejar que pase el tiempo sin molestar a nadie, y evitando que lo hagan conmigo, es mi única forma de rezar.