El tiempo y los académicos

on 24 de agosto de 2011

Soñé que me devolvían todo el tiempo perdido; era una especie de gala de sábado noche, tan espectacular como kitsch. Galano y engominado, recibía entre los aplausos de los desocupados de siempre en la tribuna, una caja primorosa con tapa corredera. El clímax del show era cuando yo deslizaba la tapadera y arreciaban los gritos de júbilo. Tenía por supuesto, que agradecer a la Academia del Tiempo y a los Cronojurados, unos vejetes que igualmente peripuestos, asentían sonrientes y benévolos a cualquier acto torpe o dubitativo que yo pudiera cometer.

Creo que soñar estas cosas hablan de lo insatisfecho o inseguro que a veces me siento con respecto a mi pasado; a mis manías, como la de extraer hasta la última semilla de cualquier fruta que me coma, o alinear tanto los soldaditos en mi infancia, como los botes de conservas esta mañana.

Cuando me puse frente al micrófono, sentía que tenía que agradecer la deferencia de los académicos y la institución; el que se hubieran fijado en mí, un oscuro ciudadano que no había batido ningún récord; descubierto ningún principio activo milagroso, ni arruinado banco alguno. Frente a la sonrisa de los gerontodémicos, me animé a extraer uno de los rollos contenidos en la caja; la idea era darles las gracias, concretamente, por ese momento, y proseguir, si fuera necesario, extrayendo papiros, hasta dar una idea consistente de mi gratitud.

Desenrollé y leí en voz alta el primero del ángulo superior izquierdo (suponía un estricto orden cronológico); no estuve de acuerdo con su presencia en la caja. Tocar la guitarra para un becerro que lleva dos días muriéndose, no es perder el tiempo, y así lo dije ante todos.

Saqué un segundo "tiempo perdido": ... ¿que un día mirando peces desnudo en un lugar apartado de Ibiza es perder el tiempo?, ¡vamos hombre!. Puse la caja en el suelo y saqué un manojo con una cierta mala leche; sólo uno de aquellos cilindros en mi mano, pudo ser considerado por mí, recuperable hoy: eran vueltas y vueltas con mi coche intentando aparcar en la misma manzana donde vivía, cuando el tiempo invertido, era mayor que volver caminando desde un par de kilómetros viendo pasar la vida.

Airado, defendí la observación de las aves, el café con cigarro y minutos, o una lenta secuencia de besos desde la encrucijada al cuello, con sus correspondientes escalas, y viceversa.

No sé en realidad si desperté, o fui desposeído de un regalo inesperado por un juzgado reaccionario y aburrido. Es una suerte que no recuerde muchos de esos papeles, porque así, no tendré ningún pudor o prevención en volver a malgastar los mismos minutos que me dieran placer intrínseco.

8 comentarios:

Sole dijo...

Si le digo que el tiempo perdido no se puede recuperar pensará que soy una simple (y con razón) porque eso nadie lo ignora; la cuestión es que cuando lo perdemos no somos conscientes de ello y sólo nos damos cuenta cuando no hay remedio. Pero agua pasada no mueve molino, por consiguiente, puede Ud. dejar de soñar y aplicarse al presente: siga comiendo toda la fruta que pueda, observe los pajaritos, no deje por nada del mundo el café con cigarro y tiempo, y siempre que la ocasión se lo permita... apúntese a la secuencia de los besos.

Ha sido un placer perder aquí un poco de mi tiempo.

Dol dijo...

Joder, qué historia tan buena ; mi caja está llena de vueltas a la manzana buscando parking, mierda.
Y también mandando sms ...qué porquería.
...
Besos .

Resquicios dijo...

Precioso: tiene música y magia.
El tiempo perdido... como bien indica todo depende de la persona que haga uso del término y de las perspectivas, valores y metas que ésta persiga. Yo anhelo llenar mi vida de esos momentos que le regalaron en su sueño (quitando - igualmente - las horas buscando aparcamiento, a las que añadiría el tiempo invertido en el trabajo sabiendo que no llegará a ninguna parte, o las noches sin dormir por algún marrón que rondaba mi cabeza).
Besos de café

Pombolita dijo...

Muy bonita historia si señor, un placer leerle siempre...

cristal00k dijo...

Tampoco es perder el tiempo, haberle encontrado y demorarse en sus letras...
¿Tengo premio?

Sila dijo...

El tiempo no se pierde, se malgasta... y de tener que recuperar el ¨perdido¨ no lo querría ya que perdido está. Tiempo perdido es tiempo muerto que por regla general,más o menos muertos, hemos permanecido. Lo que quiero es, no perder ni un minuto que me quede. Un abrazo, sila

Pombolita dijo...

Don Bernardo, tiene usted algún problema con su personalidad en blogger. Desde sus comentarios en mi blog , no se llega a ningún sitio....quiero pensar que no es una premonición...

cristal00k dijo...

Felices días! Don Bernardo. Estos y todos!
Un fuerte abrazo, amigo.